Todo lo que necesitas saber sobre Pablo Manrique
Howdy
Todo lo que necesitas saber sobre Pablo Manrique
un arresto domiciliario
una defensa preventiva de la defensa preventiva
ya me odias
y yo también
pero te quiero por decir la verdad cuando te emputas
que solo estás aquí porque no te queda de otra
al menos ya no te vas a robar a mi tesoro,
ya solo es una vela muerta y apachurrada
esta triste pasión que un día nos vio en la montaña
Casi parecería que es un diario. Que diario es lo que se escribe y no lo que se vive. Que
"lo de"
las clases,
la inquilina problemática,
el trueno sísmico
el niño veracruzano devorado por un cocodrilo en michoacán
el niño atropellado
la activista que trabaja para la policía
todos los capítulos del "chismecito cachetón"
como ella, la más bella, le llama a esa información
cercana y curiosa.
Se nos tacha de sucios, desordenados.
Solo somos espíritus chocando con las paredes de nuestros propios cuerpos
chocando de dientes con algunos muebles
a veces los dientes se caen solos
y hay que hacerle una puerta a la ilusión
que el viejo pendejo y pelón
ese que quiere romperlo todo
insiste en corregir y enderezar
pero a veces retumba la voz de guadalupe
suave, dulce y severa, y dice
"no lo desilusiones"
Pero
a veces la neurosis, la histeria recién comprendida
a veces somos un amor retorcido pero profundo
pero aquí estamos, aquí estoy pues, y aquí estaré
con estas manos en forma de cuenco
para sorber juntos este líquido fresco y curioso
que es nuestra vida
Hola,
Soy Pablo. ¿Te acuerdas de mí? Nos conocimos en la explanada de la muerte. "Explanada". Qué curiosas son esas palabras que uno escucha, imita, y nunca se pregunta a qué saben o cómo suenan, o siquiera si son apropiadas para ser dichas por la boca de uno.
Piedra bastarda. Ruedas de caucho. Espera. Nada de la ciudad. Nada de los pastizales de Malinalco, ni de Pablo, mi primer amigo fuera de la secta. Nada del lienzo charro de quién sabe que pueblo al que nunca debí haber ido porque eran las búsquedas de gente que era miserable, y cuya miseria quería yo saborear cuando estaba repleto de dicha y potencial. Estaba demasiado seguro de mí mismo y eso me hacía dudar de todo. Cambiemos de tema, pues.
Hablemos de nosotros. Del líquido negro y viscoso. De la caja metálica donde estaban las fotos del tío Juan. Todo eso que es inventado y que sabe mejor que la palabra.
Carajo. Esto está ya fuera de control. Espero que entiendas que esto es para ti: nadie. Y que significa todo menos lo que tú piensas. Es importante para mí poder hablar de pasto. De sueños de fuego. De poesía con sangre de gato. Y poder hacer esta pequeña pausa para ir a dormir junto a ella. Junto a ti.
Se descompuso la computadora de Pablito. Hay que comprarle una nueva.
Pablo quiere mandar al Sr Uribe a la San Miguel a hacer el cambio de los plafones LED porque no tienen ni dos años y ya se descompusieron casi todos. Pensaba que eran marca Tecnolite, pero veo que el de la cocina es MAGG. Los MAGG tienen 5 años de garantía con el proveedor, y los Tecnolite 3 años. Espero que sea posible. Pero todo se ralentiza con la pandemia. Por cierto, me raspa tantito la garganta.
Vania me mandó una foto de cuando traía el pelo corto, azul, y andaba todo de negro, tipo look industrial, o algo así. Qué bien me veía. Tenía cabello. Nunca pensé que fuera a ser tan complicado lidiar con la calvicie. No es una calvicie total. Es una pequeña escasez de follaje. Es lo peor: Es mediocre.
8 de Julio 2020
Pablo Manrique tuvo ese sueño raro (verdaderísimo), y al levantarse, quizás por una infección, por los tapones, se le tapó por completo el oído derecho.
Siempre sí, pablín se endeudó y compró una nueva computadora. Además mandó a reparar la otra y aunque se tardaron mucho, quedó bien. Ahora tiene dos.